L+200 - Parte 4: Atados en el Soyuz y comprobando la estanqueidad de los Sokol

Esta es la cuarta entrada en una serie final de cuadernos de bitácora mirando hacia atrás a la salida, el aterrizaje y la readaptación.

Atarse en la Soyuz no es tan rápido como ponerse el cinturón de seguridad: el espacio es estrecho, la posición incómoda, algunas de las correas son de difícil acceso. Además, como había aprendido durante nuestra comprobación de fugas del Sokol, estando sin peso no significa que sea más fácil, ya que tu cuerpo no se mantiene en el asiento. Así que me alegré cuando todo estaba hecho: las mangueras de oxígeno y ventilación conectadas, los cables de comunicación y biomédicos conectados, hombros, piernas y correas de rodilla abrochados. Yo no los apreté, ya que aún estaríamos varias horas todavía antes del encendido de deorbitación y nuestra re-entrada en la atmósfera. A pesar del esfuerzo físico de abrocharse, todavía no sentía demasiado calor en el Sokol, así que no encendí la ventilación del traje, disfrutando de unos minutos más de tranquilidad.

A través de la radio llegó la querida voz familiar de nuestro instructor de Soyuz, Dima, que estaría en (la comunicación - N.d.T.) espacio-tierra en Moscú hoy, al igual que había sido nuestra "voz del centro de control" durante cientos de horas en el simulador en Star City. Él me preguntó por el estado de nuestras operaciones de colocación de los trajes y le informé que estaba atada y Anton estaba ayudando a Terry en el módulo orbital. Luego seleccioné la página en mi pantalla de comando y control que muestra los parámetros técnicos de nuestro vehículo. Todo parecía bien, excepto que nuestro nivel de CO2 estaba incrementándose, cerca de 4 mm Hg. Estaba a punto de comunicarlo, pero el Control de Misión de Moscú estaba obviamente viendolo ya través de telemetría: Dima me dio instrucciones por radio para activar nuestro eliminador de CO2 ahora, un poco antes de lo que habría estado previsto en la lista de control

Unos informes más de presión de Terry y Anton, que transmití a Moscú, y la comprobación de fugas se consideró completa y pasada: el desacoplamiento de la ISS era seguro. Por cierto, debo añadir que también habíamos realizado una comprobación de los propulsores de actitud unos pocos días antes del desacoplamiento. En primer lugar, los controladores de vuelo habían puesto la ISS en modo a la deriva, lo que significa que la estación permitiría ser llevada levemente fuera de actitud por parte de los encendidos de los propulsores de la Soyuz, sin tratar de compensar (la ISS - N.d.T.) activamente esas perturbaciones. Entonces Anton y yo estábamos en nuestros asientos en el Soyuz, habíamos configurado los sistemas Soyuz de forma que los controles manuales controlarían los encendidos de los propulsores y Anton había desviado los controladores en seis grados de libertad en secuencia, dándonos una oportunidad de asegurar que reaccionarían adecuadamente a todas las ordenes de control, tanto en el circuito primario y en el control de respaldo.

Volviendo al día de partida, ahora era el turno de Terry de atarse en el asiento. A los pocos minutos Anton también se unió a nosotros en el módulo de descenso, cerrando la escotilla que nos separa del módulo orbital.
Foto: ¡En esta captura de pantalla de nuestro vídeo del lanzamiento puedes ver lo estrecho que se está en el Soyuz!

Una vez estábamos todos atamos, nos pusimos los guantes y cerramos los cascos para iniciar la comprobación de fuga de nuestros trajes. Primero giramos la válvula reguladora azul del pecho a la posición de cerrado y el simple soplo (flujo de ventilación) de los ventiladores infló nuestros trajes un poco. Entonces Anton hizo una corta cuenta atrás de 5 segundos, al final de la cual inició el cronómetro, mientras yo simultaneamente abría la válvula que iniciaba el flujo de oxígeno a nuestros trajes. Cada uno de nosotros monitoreamos el aumento de presión del traje en nuestro manómetro de la muñeca y comunicamos cuando llegamos a 0,1 atm y 3,5 atm, para que Anton pudiera escribir los "tiempos de llenado". Tierra también estaba siguiendolo, ya que habíamos activado el botón de transmisión antes de iniciar la comprobación de fugas.

Después de llegar a 3,5 atm cada uno de nosotros dejamos que el traje se desinflara, controlando el caudal con la válvula de regulación con el fin de dar tiempo a nuestros oídos para compensar la caída de presión. Entonces abrimos nuestro casco y yo cerré la línea de suministro desde los tanques de oxígeno. No nos quitaríamos ya los guantes hasta después de aterrizar.

Buenas noticias: Todos nuestros trajes se habían "llenado" dentro del tiempo requerido, pasando la comprobación de fugas. Otro obstáculo potencial en nuestro horario de salida estaba pasado
  • Puedes ver un resumen del regreso a Tierra de Samantha contado a través de sus tweets que escribí en este blog.
  • Este relato (publicado originalmente en inglés) es parte de una larga serie de artículos escritos por Samantha Cristoforetti, astronauta italiana de la ESA, desde su despegue a bordo de la Soyuz TMA-15M el 23 de noviembre de 2014.
    En este blog podrás encontrar su diario en español desde su primer día en el espacio.

  • Todas las fotos pertenecen al perfil de Samantha en Google+ salvo que se indique lo contrario. Puedes leer aquí la introducción que hice a este Diario de a bordo.
  • Los otros astronautas y cosmonautas con los que convivió, y a los que en las entregas nombra son:

    Terry: Terry Virts, compañero en su Soyuz, es el comandante de la Expedición 43.
    Anton: Anton Shkaplerov, comandante de su Soyuz
    Gennadi: Gennadi Padalka, comandante de la Soyuz TMA-16M
    Mikhail o Misha: Mikhail Korniyenko. Estará un año a bordo de la ISS
    Scott: Scott Kelly. Estará un año a bordo de la ISS

  • Entradas anteriores sobre su preparación al vuelo fueron traducidas al español por @intervidia.
  • El diario de a bordo se traduce también al italiano en el sitio AstronautiNEWS, al francés en el sitio Cap sur l'espace , al alemán en el sitio Logbuch ISS y al ruso en el sitio Samlogbook-ru

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